[responsivevoice voice=»Spanish Female» buttontext=»Pulse aquí para escuchar el artículo»]
El azúcar, el maíz o el pasto varilla están llamados a revolucionar la creación de energía verde o medioambientalmente responsable
Energía solar, eólica, hidráulica o incluso biomasa. Si a alguien se le pregunta qué clase de energías renovables conoce, la respuesta con seguridad incluirá alguna de estas opciones. Si bien son las más habituales, la ciencia no para de investigar nuevas formas de creación de energía medioambientalmente sostenibles. Algunas, de lo más curiosas, parece que están llamadas a ser el futuro de la energía limpia en el mundo.
Azúcar para baterías de móviles
Parece casi de ciencia ficción, pero lo cierto es que unos investigadores han logrado generar energía gracias al azúcar. Los inventores de este proyecto, de la Universidad de Virginia Tech, en Estados Unidos, han logrado construir una célula de combustible que se alimenta de maltodextrina, un derivado que proviene del azúcar. Un proyecto que no parece demasiado descabellado, ya que la mayoría de las células usan el azúcar para producir energía.
Así lo dice el profesor asociado de Ingeniería de Sistemas Biológicos en el Instituto Politécnico de Virginia, Percival Zhang, que ha asegurado en una revista que “el azúcar es el compuesto de almacenamiento de energía más perfecto de la naturaleza” por lo que “es lógico que tratemos de aprovechar este poder natural de una manera respetuosa con el medio ambiente para cargar una batería».
El resultado, dicen estos investigadores, es que las baterías que se alimentan del azúcar –la forma de recargarlas sería a través de una especie de cartuchos con maltodextrina-doblan en densidad de energía a las de litio, las más habituales, con lo que se espera que en un futuro no muy lejano se empiecen a emplear en dispositivos móviles o tabletas, ya que además de ser mucho más baratas, son más respetuosas con el medio ambiente.
[/responsivevoice]
[responsivevoice voice=»Spanish Female» buttontext=»Pulse aquí para seguir escuchando»]
El pasto varilla y el maíz
El pasto varilla es poco conocido fuera del mundo de la agricultura, aunque es muy habitual para mejorar la calidad del suelo. Sin embargo, en los últimos años este tipo de plantación se está empezando a ver como una posible fuente de energía. La causa: la celulosa en las membranas de sus células, que pueden convertirse en azúcar y de ahí en energía.
La clave, según diversas investigaciones, es mezclar esta planta con maíz. Y es que introduciendo el gen de este cereal se logra un doble efecto: se incrementa el porcentaje de almidón, y con ello su eficacia, y además se impide su floración (esta planta está considerada como invasora ya que se expande muy rápidamente). Además, este tipo de planta absorbe el dióxido de carbono de la atmósfera durante su crecimiento, lo que reduciría aún más la cantidad de gases de efecto invernadero.
Y es que el maíz, ya sea solo o combinado, parece ser uno de los productos agrícolas clave para generar energía verde. Hay diversos estudios que así lo señalan, entre ellos uno español dirigido por científicos gallegos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y químicos de la Universidad de Vigo que intentan desde hace años perfeccionar el uso de este cereal como fuente de biocombustible. Un proceso que se generaría a partir de la hoja, el tallo y el corazón de la propia mazorca.
Según ha asegurado el investigador principal Bernardo Ordás López, el maíz “puede cultivarse tanto para alimento como para generar biomasa vegetativa para crear energía”. Datos avalan el uso de estos residuos como nueva fuente de energía. “En nuestro estudio”, señala una nota del CSIC, “hemos obtenido directamente a partir del azúcar del tallo y las hojas del maíz dulce 4.000 litros de etanol por hectárea y, tras hidrolizar la celulosa, 2.500 litros de etanol por hectárea a partir de restos de la cosecha de maíz de grano”. Un proyecto muy prometedor que se espera que en unos años revolucione el sector energético.
Microalgas, no solo para comer
Las plantas y cereales parecen ser el futuro de la producción de energía renovable. Además de pasto de varilla o el maíz, diversos estudios apuestan por la producción de energía a través de microalgas. En concreto, y gracias a los procesos químicos que generan estas plantas ricas en almidón y azúcar, se podría generar biocombustible.
Existen diversas investigaciones (entre ellas algunas españolas como la de la Universidad Juan Carlos I) que apuestan por este nuevo modelo de producción, menos contaminante incluso que la producción de maíz. Sin embargo, uno de los mayores problemas es su producción, ya que por ahora no pueden ser cultivadas de forma masiva. Es por eso que se están llevando a cabo diversos estudios para modificarlas genéticamente y hacerlas así más eficaces.
Son tales las esperanzas puestas en este modelo de generación de energía que la UE incluso la ha incluido en su nueva directiva sobre energía renovable.
Lo que está claro es que el futuro de la energía verde no solo pasa por los paneles solares y la energía eólica. El campo y su producción tienen mucho que decir en este cambio de modelo energético sostenible que espera que también traiga aparejado la creación de puestos de trabajo cualificados, sobre todo en la llamada España vaciada.
[/responsivevoice]