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La pandemia dispara el número de instalaciones solares en las viviendas, con un crecimiento del 30% con respecto al año pasado
La pandemia ha traído consigo cambios sociales, en la forma de relacionarnos y también en la manera de trabajar. De hecho, es el teletrabajo una de las causas a las que apuntan los expertos para explicar el “boom” que el sector del autoconsumo fotovoltaico ha vivido en el último año. Más horas en casa, con el consiguiente ahorro, han servido para que muchos se decidan por colocar placas solares en su vivienda.
Así lo señalan los números. Si bien en el año 2014 había instalados en todo el país tan solo 22 MW para el autoconsumo, en el año 2017 esta cifra empezó a crecer de forma paulatina (122 MW) hasta llegar a las 596 MW del año pasado, cuando se disparó más de un 30% con respecto a 2019. Con estos datos, y según fuentes del sector, los particulares generan en sus casas en España 1.500 MW de energía fotovoltaica.
Y eso a pesar de que las instalaciones industriales siguen siendo mayoritarias, una tendencia que sin embargo, y a la luz de los datos, está cambiando en los últimos años. Así, mientras en el 2019 el 70% de las instalaciones se ubicaban en empresas y negocios, el año pasado esta cifra cayó hasta el 56% en favor de un uso doméstico.
¿Qué ha favorecido este cambio de tendencia?
Ha tenido un gran peso el Real Decreto 244/2019 que derogaba el famoso impuesto al sol, y que ha permitido que parte de la producción generada en los hogares se pueda inyectar en la red, con el consiguiente ahorro en la factura de la luz.
A todo ello hay que unir una tecnología cada vez más barata que reduce el plazo de amortización de las instalaciones solares. Así, con una inversión de unos 4.000 euros –precio que varía en función del tamaño de la vivienda y la cantidad de energía que se necesite generar- la inversión puede recuperarse en tan solo seis o siete años. La causa no es solo la producción que se puede inyectar en la red, previo acuerdo con la compañía, sino la reducción considerable en la factura mensual, que ronda el 50%.
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Sin embargo, a pesar de que el sector hable de un “boom” en el autoconsumo, España está aún lejos de otros países como Alemania o Bélgica, donde su uso es mucho más habitual. Aquí los paneles solares son aún una excepción. Entre las causas, explican fuentes del sector, que tan solo ocho comunidades eximen al usuario de tener que pedir licencia de obra para su instalación (Extremadura, Galicia, Andalucía, Baleares, Canarias, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Cataluña), algo que no sucede en otros países europeos. Es por eso que muchas empresas han comenzado a exigir al Gobierno un cambio en la normativa que ayude a impulsar de forma definitiva un sector que espera crecer, y mucho, en los próximos años.
Apostando por la energía solar fotovoltaica
Ante este cambio de tendencia, el Ejecutivo central parece que ha decido tomar cartas en el asunto y apostar de forma decidida por este modelo de producción energética. Entre sus planes a corto plazo, la denominada Estrategia Nacional de Autoconsumo que estará lista en tan solo unos meses y en la que se promoverá la autogeneración de energía renovable de forma generalizada. Dentro de este plan, en el que se habla de esta forma de generación energética como un punto clave para generar empleo de calidad, sobre todo en la denominada España Vaciada, se habla además de su importancia en la lucha contra el cambio climático, debido a la reducción en las emisiones de gases de efecto contaminante a la atmósfera que supone. Pero, sobre todo, estima que el autoconsumo puede llegar a ser un factor clave para luchar contra la pobreza energética debido al ahorro en los costes mensuales de electricidad que supone su instalación. El futuro, sin duda, pasa por un futuro fotovoltaico.
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