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La sequía pone en el límite los embalses que hay en nuestro país
Tras las abundantes lluvias de los meses de marzo y abril, los españoles nos despreocupamos por la sequía. Las lluvias de primavera han sido una ayuda, ya que veníamos de un otoño y un verano muy seco. Con la llegada del verano de 2022, se prevén meses de mucho calor, con menos días lluviosos.
A finales de abril, tras varias semanas de chubascos continuos, los embalses en España se encontraban tan solo al 49 % de su capacidad total, 14 puntos por debajo de la media de los últimos cinco años.
Actualmente, el conjunto de los embalses del país vuelve a estar al 49% de su capacidad total. Pero lo más preocupante no es esto, sino la situación que está por venir.
El cambio climático y el consumo excesivo, están convirtiendo el agua potable en un bien escaso en Europa.
¿Qué pasará en nuestro país?
Según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el trimestre de junio-julio-agosto será más cálido de lo normal en la mayor parte de España, con una probabilidad del 70%.
En cuanto a las precipitaciones, siendo evidente en toda España, sí vemos tormentas ocasionales por la tarde debido a la formación de nubes de evolución. Esto es común en verano.
¿Cuál es la previsión para Italia?
Italia declara la emergencia por sequía en cinco regiones, y destina ayudas (36 millones de euros) para aliviar la situación, sobre todo a la agricultura, que sufre una falta de agua histórica. El río Po es el más largo y más caudaloso del país. Se encuentra ahora mismo bajo mínimos, no se veía nada así desde hace setenta años.
En la ciudad italiana de Verona, las autoridades han limitado el uso de agua potable. Hasta el 31 de agosto está prohibido regar jardines, campos deportivos y llenar piscinas. Solo hay autorización para el uso doméstico.
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Cambio Climático
Uno de los síntomas del cambio climático es el aumento de la frecuencia, intensidad y duración de las olas de calor.
Este fenómeno está alterando los patrones de precipitación y evaporación en todo el mundo. A medida que el planeta se calienta, y las sequías se vuelven más severas y frecuentes, las regiones más secas se volverán más propensas a los incendios forestales. Los satélites de la NASA muestran un mundo marcado por el fuego y el humo. Los incendios forestales de verano asolan el oeste de Estados Unidos y Canadá, Australia y Europa.
La sequía y las olas de calor crean las condiciones ideales para los incendios forestales. La falta de lluvia, y la baja humedad, pueden secar los árboles y la vegetación proporcionando combustible. Los árboles caídos y secos tienen más probabilidades de incendiarse y propagarse. En estas condiciones, los rayos, las chispas eléctricas, los errores humanos o los incendios provocados, pueden hacer que los incendios sean más destructivos y más difíciles de controlar.
Un futuro incierto para el planeta
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