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Las principales empresas energéticas del mundo han anunciado planes millonarios para desarrollar este nuevo modelo de generación energética
En un mundo cada vez más hiperconectado, la necesidad de energía se incrementa de forma exponencial. De hecho, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que el aumento de la demanda global en el año 2040 habrá crecido entre un 25 y un 30% con respecto a la actual.
Buscar nuevas formas de generación de energía es por tanto más que necesario, sobre todo si se quiere llegar al objetivo de alcanzar la neutralidad climática en el año 2050, objetivo que se ha marcado la UE para ese año.
Ante esta situación, además de la energía fotovoltaica, el hidrógeno verde se está convirtiendo en una alternativa que cada vez gana más peso en todo el mundo. Según la AIE, si se emplease esta forma de generación energética, se dejarían de expulsar a la atmósfera 830 toneladas de CO2 al año.
Cómo funciona el hidrógeno verde
El hidrógeno verde se obtiene gracias a un proceso llamado electrólisis, que consiste en la descomposición de las moléculas de agua (H2O) en oxígeno (O) e hidrógeno (H2).
El hidrógeno reacciona con el aire, generando electricidad y liberando agua al exterior en forma de vapor. Al ser tan solo vapor de agua, esta forma de generación de energía no crea residuos, a diferencia de lo que sucede con otros métodos tradicionales como el carbón o el petróleo.
Sin embargo, la generación de hidrógeno como alternativa a la energía tradicional no se ha desarrollado todo lo que debería. Y eso que incluso Bill Gates, en su libro “How to avoid a climate disaster” (“Cómo evitar un desastre climático”), asegura que este combustible es la mejor innovación de los últimos años para combatir el efecto invernadero.
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El hidrógeno verde llevado a la práctica
Sin embargo, las principales compañías del mundo parece que están empezando a apostar de forma decidida por este modelo. Así, a finales del año 2020, un total de siete empresas de todo el mundo anunciaron que están desarrollando proyectos de hidrógeno verde gracias al proyecto “Green Hydrogen Catapult”. El plan, presentado en las Naciones Unidas, apuesta por multiplicar por cincuenta su producción en los próximos seis años.
En España, la empresa Iberdrola es la que más claramente está apostando por este modelo de generación de energía. Tanto, que la compañía ha anunciado la creación de una nueva unidad de negocio específica.
De hecho, ha presentado 54 proyectos dentro de su plan de inversión 2030 en los que está previsto que invierta 2.500 millones de euros para alcanzar una producción anual de 60.000 toneladas de hidrógeno verde. El grupo espera producir 85.000 toneladas al año en 2030.
A nivel europeo la apuesta por esta forma de generación de energía también es clara. La Unión Europea (UE), en su “Estrategia de hidrógeno para una Europa climáticamente neutra”, se ha comprometido a invertir ni más ni menos que 430.000 millones de dólares hasta el año 2030. Según este plan, la UE quiere instalar electrolizadores de hidrógeno renovable de 40 gigavatios (GW) en la próxima década.
También Estados Unidos ha prometido, dentro de su plan estratégico energético, que el hidrógeno verde tendrá el mismo coste que el hidrógeno convencional en una década, proporcionando una nueva fuente de combustible limpia para algunas centrales eléctricas existentes.
La llamada energía del futuro por la revista “Forbes” está sin duda llamada a revolucionar nuestra forma de generar y consumir energía en los próximos años.
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