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El Plan Nacional de Energía y Clima no solo prevé aumentar la importancia de las energías renovables, sino también crear miles de empleos y mejorar la calidad del aire
El Gobierno quiere cambiar el plan energético de todo el país, un proyecto que está llamado a ser uno de los planes estratégicos más importantes de los primeros años del siglo XXI. El Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) será la primera piedra de una batería de medidas de choque que reactivará no solo la economía, sino también convertirá a España en un país medioambientalmente sostenible.
Conocido como el “New Green Deal”, el proyecto, aunque aún no es definitivo y al que Bruselas le tiene que dar el visto bueno, incluye una serie de inversiones y directrices generales para desarrollar el proceso de descarbonización de la economía. De hecho, prevé elevar del 21% al 23% la reducción de emisiones de gases invernadero en los próximos años. Para ello, el Gobierno tiene previsto movilizar ni más ni menos que 241.000 millones de euros entre el año 2021 y el año 2030. Dinero que se destinará principalmente a impulsar las energías renovables y a poner en marcha medidas de ahorro y eficiencia energética.
Sus consecuencias económicas serán fundamentales, y más en periodos de fluctuaciones económicas como las actuales. Se espera, de hecho, que el PIB español aumente un 1,8% en el año 2030 si se compara con un escenario sin estas medidas, lo que supondría entre 16.500 y 25.700 millones de euros.
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Pero este ambicioso plan no solo tendrá consecuencias económicas. También influirá en el empleo. El Ejecutivo central espera que se creen entre 250.000 y 350.000 puestos de trabajo. Tan solo en el ámbito de las energías renovables serían 107.000 y 135.000 puestos de trabajo.
La producción de energía verde es uno de los ejes fundamentales de este plan. Para ello se producirán en los próximos años 58,8 gigavatios nuevos y sostenibles, con la energía fotovoltaica a la cabeza (39 GW hasta 2030). De hecho, este PNIEC prevé que en España el 42% de la energía que se produzca en veinte años sea de origen renovable, mientras que el 74% de la energía eléctrica sería verde.
Otra de las principales consecuencias del proyecto será la drástica reducción de la dependencia energética del país, que actualmente es del 74% y que caería hasta el 61% en el año 2030 gracias a este aumento de producción.
El PNIEC incorpora además una serie de medidas en materia de transición justa y para luchar contra la pobreza energética que prevén el fomento de la energía renovable a partir de biomasa y también la promoción de la eficiencia energética en los hogares de todo el país. Forma parte del Real Decreto 244/2019 que fomenta el autoconsumo energético en viviendas y empresas gracias a la posibilidad, no solo de poder generar nuestra propia energía limpia, sino también de inyectar en la red parte de esa producción.
Un plan estratégico, en definitiva, que está llamado a cambiar el modelo energético del país y que implicará, además, según las previsiones del Ejecutivo, que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero (el nivel de partículas PM 2,5 disminuirían en un 33%, las de dióxido de azufre en un 38% y los óxidos nitrosos en un 35%). Esta importante mejoría en la calidad de aire, traerá aparejada una mejora en la salud de los ciudadanos, principalmente los que viven en grandes ciudades. Tanto es así, que se prevé que las muertes prematuras se lleguen a reducir en un 27% si compara con un contexto en que no se hubiesen puesto en marcha estas medidas.
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