Paneles solares sin marco, ventanas capaces de generar energía o tejas solares son solo algunas de las apuestas del sector por una tecnología verde e integrada en su entorno
Una tecnología respetuosa con el medio ambiente no tiene por qué estar reñida con el diseño. De hecho, desde hace unos años son cada vez más las empresas que apuestan por soluciones innovadoras que reducen a la vez el impacto visual que, por ejemplo, los paneles solares tienen en edificios y empresas.
Y es que, muchas veces, es esta una de las razones esgrimidas en las comunidades de vecinos para no instalar este modelo de producción energética. Y eso a pesar de la reducción en dióxido de carbono que se emite a la atmósfera o el ahorro energético que suponen. La estética pesa, y mucho.
Atrás están quedando esos paneles de marcos gruesos de aluminio y montajes elevados. De hecho, muchos fabricantes han comenzado ya a producir módulos solares sin marcos o que estén integrados. Generalmente en color negro, algunos llegan incluso a simular pizarra, lo que reduce su impacto visual al mínimo.
Una de las opciones a las que se le augura más futuro es el vidrio fotovoltaico, que emplea un revestimiento fotosensible que cubre el cristal para generar energía. Se trata de un sistema que ofrece diferentes grados de transparencia y que en los últimos años se está empezando a integrar en muchas fachadas por el ahorro de espacio que supone.
Hay fabricantes que incluso han decidido ir un paso más allá. Es el caso de Tesla, una de las empresas mundiales más innovadoras. La compañía ha sacado al mercado una cubierta fotovoltaica cuya apariencia es muy similar a la de las tejas. Su instalación es sencilla, ya que se colocan sobre las tejas ya existentes y su apariencia es similar a las convencionales. Sin embargo, por el momento no están obteniendo los resultados esperados, ya que su instalación y coste es bastante elevado. Iniciativas como esta dan una idea de la importancia que los fabricantes otorgan a la integración estética.
Tanto es así, que los hay que incluso están trabajando en un sistema que se instala sobre los tejados y que se puede adaptar a los gustos de cada consumidor ya que su textura puede variar para imitar azulejo, madera o cualquier otro material.
Más eficiente que estas tejas ideadas por Tesla son las células solares flexibles CIGS (fabricadas a base de cobre, indio, galio y seleniuro). Más ligeras que los paneles convencionales (cerca de un 65% menos) y que además generan un 10% más de energía, esta nueva tecnología, según sus creadores, puede fijarse a cualquier superficie, incluso en lugares en curva o con ángulos pronunciados, lo que ayuda a que pasen más desapercibidos que los paneles solares convencionales.
Y este es solo el primer paso. Ya hay compañías trabajando en sistemas que producen energía gracias a las lamas de las persianas, a tejadillos solares que se colocan en patios y porches e incluso existen toldos con células fotovoltaicas incluidas, capaces de generar y almacenar parte de la producción.
Un sinfín de posibilidades en un mundo, el de la energía solar, que no ha hecho más que comenzar.