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La producción de energía medioambientalmente sostenible y, en concreto, la energía solar, lleva años creciendo y perfeccionándose
En los últimos años, cada vez es más habitual encontrarse con placas solares en viviendas y oficinas. Es una de las tecnologías de producción medioambientalmente sostenible más extendida. Y más desde que entró en vigor el Real Decreto 244/2019 gracias al cual, no solo se puede generar la propia energía, sino también inyectar la parte sobrante en la red eléctrica, con el consiguiente ahorro en la factura de la luz.
Pero, a pesar de estar cada vez más habituados a verlas, ¿sabemos cómo funcionan realmente?
Los paneles solares son dispositivos creados para recibir la energía solar y convertirla en energía eléctrica. Y lo hacen además gracias a una fuente inagotable como es el sol. Fabricadas con una serie de materiales que son los encargados de captar la radiación solar, son el silicio y el fósforo los que proporcionan la carga negativa, mientras que el boro es la parte positiva de la ecuación.
Es la parte de los paneles con carga negativa la que cuenta con un exceso de electrones. De esta forma, la positiva absorbe esos fotones de luz y es entonces cuando se crea una corriente eléctrica que es la que permite que los electrones se muevan de su órbita atómica y creen la energía que se busca.
¿Pueden generar energía en días sin sol?
Además de su funcionamiento, otra de las dudas más habituales que le surge al usuario a la hora de instalar placas solares es si son capaces de generar energía en días sin sol. Lejos de lo que se pueda creer, funcionan perfectamente en días nublados. Y es que los paneles no absorben solo la luz, sino que también toman la energía del espectro de luz que no podemos ver, con lo que son perfectamente capaces de producir energía.
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Pero, ¿son eficientes las placas solares?
Este es otra de las preguntas más habituales. La respuesta es que sí. Y cada vez más. De hecho, se están llevando a cabo diferentes investigaciones para aumentar esa efectividad. Sin ir más lejos, el Laboratorio Nacional de Energías Renovables de Estados Unidos ha logrado pulverizar el récord de conversión de energía solar gracias a un nuevo tipo de celda que es capaz de retener casi la mitad de la energía que recibe.
La clave está, según el estudio publicado en la revista “Nature”, en el uso de nuevos materiales y de distintas capas. Aunque aún es pronto para ver estos nuevos avances en el mercado, que llegará en unos años, la tecnología actual cuenta sin embargo con un grado de conversión de energía altamente eficiente ya de por sí, capaz de suministrar la potencia necesaria para un hogar o una vivienda.
¿Cómo y cuándo surgieron los paneles solares?
A lo largo de la historia la energía del sol siempre se ha empleado de distintas formas. Tanto es así, que muchos consideran que la primera referencia al uso de esta forma de energía se encuentra en la Grecia clásica, cuando Arquímedes, durante la batalla de Siracusa, en el siglo III antes de Cristo, usó una serie de espejos hexagonales para reflejar los rayos del sol y así destruir la flota romana que les atacaba.
Tras él, fueron muchos los que se interesaron por la energía del sol, entre ellos Leonardo Da Vinci. Sin embargo, no fue hasta 1792 cuando el químico francés Antoine Lavoisier desarrolló un horno solar capaz de alcanzar altas temperaturas para fundir metales. Su invento consistía en dos lentes muy potentes que concentraban la radiación en un punto fijo. Más tarde vinieron otros, como Agustin Mouchot, que fue el primero en generar energía a través de la luz solar.
Sus aplicaciones, desde entonces, hasta que se han empezado a generalizar en los techos de las ciudades, han sido muchas. Incluso en los años 60, el primer satélite espacial de Estados Unidos ya contaba con paneles solares como fuente principal de alimentación.
Una forma de producción que no es tan nueva como solemos creer y que además está en continua evolución. Un modelo de energía de un futuro no tan lejano.
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